Salud Mental
n memoriam Alfonso Escobar Izquierdo (1929-2020)

El 14 de octubre de 2020, falleció Alfonso Escobar Izquierdo; se fue en paz, en su sueño. Un descanso merecido posterior a un largo periodo de lucha contra el deterioro que le fue imponiendo la enfermedad de Parkinson.

Alfonso Escobar nació en Cunduacán, Tabasco, pero poco después de su nacimiento su familia se estableció en el puerto de Veracruz, por lo que siempre se consideró veracruzano. Estudio Medicina en la Facultad de Medicina de la UNAM en la Ciudad de México. En 1944, al comienzo de sus estudios, se incorporó al Laboratorio de Estudios Médicos y Biológicos, que más adelante se convertiría en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. Ahí se asoció al doctor Dionisio Nieto, quien fue inicialmente su mentor y posteriormente su colaborador. Juntos propusieron que las enfermedades mentales, particularmente las psicosis y la esquizofrenia, tenían una base biológica. Su propuesta fue fuertemente rechazada y criticada por los líderes de la Psiquiatría de esa época, y solamente muchos años después recibió aceptación gracias a las evidencias científicas que fueron acumulándose a nivel mundial.

En 1956 fue contratado como investigador en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, que inicialmente se llamó Instituto de Estudios Médicos y Biológicos. Más adelante fungió también como investigador y jefe de Neuropatología en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Se interesó en la descripción de la histopatología de enfermedades y padecimientos neurológicos, para lo cual creó una gran colección de laminillas y diapositivas que documentaban cada caso clínico. En particular, describió la neuropatológica de la intoxicación experimental por Karwinskia humboldtiana, que produce neuropatía segmentaria desmielinizante. También realizó una amplia investigación sobre la neuropatología de la cisticercosis, para la cual documentó las lesiones producidas por la presencia del parásito en el tejido nervioso y las cuatro fases del proceso evolutivo de las vesículas parasitarias, clasificación que fue aceptada internacionalmente. Junto con su buen amigo y colega, el doctor K. E. Livingston, desarrolló una teoría ampliada sobre la estructura y función del sistema límbico. A nivel de investigación, experimental le interesaron los procesos de formación cortical durante el desarrollo temprano e investigó el impacto de la desnutrición sobre la citoarquitectura cortical. Paralelo a su labor de investigación, fue editor del Boletín de Estudios Médicos y Biológicos de 1963 hasta 1996. Además, participó en consejos editoriales de revistas especializadas, entre ellas Archives of Medical Research, Brain Pathology, Experimental Neurology, International Journal of Neuroscience, y Journal of Neuropathology.

Su trabajo de investigación dio como resultado cerca de 250 publicaciones y reconocimientos nacionales e internacionales. Entre ellos, impartió múltiples conferencias por invitación y fue invitado como profesor visitante a universidades en Estados Unidos, Irán, Polonia, Alemania y Austria. En 1985 fue nombrado investigador Emérito de la UNAM y en 1993 fue nombrado Investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigadores. En 1981 recibió el Premio Nacional en Salud Pública “Miguel Otero” de la SSA y el Premio Sandoz a la Investigación Científica “Dr. Salvador Aceves” de la Academia Nacional de Medicina. En el 2011 recibió de manos del presidente de la República el premio “Ramón de la Fuente In memoriam Alfonso Escobar Izquierdo (1929-2020) News 40 Salud Mental, Vol. 44, Issue 1, January-February 2021 Muñiz” de Salud Mental; y en 2016 la Medalla al Mérito en Ciencias y Artes 2016 en la categoría de neurociencias, otorgada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Un importante reconocimiento a su labor académica por parte del Instituto de Investigaciones Biomédicas, fue conferirle a un nuevo auditorio, en 2009, el nombre del doctor Alfonso Escobar Izquierdo.

Alfonso Escobar fue un gran docente. Desde muy joven fue un amante del estudio y del conocimiento. Incorporó a su estilo de vida, la disciplina y la dedicación por las actividades académicas, en las que siempre buscó la superación y la excelencia. A lo largo de su vida transmitió a las personas que lo rodeaban su pasión por la vida intelectual, la cultura y el saber. Así, fomentó en sus hermanas, hijas y nietos la motivación por alcanzar altos niveles de estudio. También transmitió esta pasión entre sus sobrinos, sus amistades y especialmente entre sus alumnos en la Facultad de Psicología y el Instituto de Investigaciones Biomédicas, y los residentes del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Su gran conocimiento de la neuroanatomía, y neuropatología hicieron de sus clases un acervo de conocimientos. Su ejemplo de disciplina y rectitud, aunados a su estilo estricto de impartir clases, representaron un gran reto de estudio para todos los que asistimos a sus cursos, en los cuales aprendimos a ser siempre mejores. El doctor Escobar deja un gran legado en la formación académica de todos aquellos que lo conocieron y que tuvieron el privilegio de ser sus alumnos.

Como esposo, padre y abuelo, Alfonso Escobar mostró siempre sus valores de lealtad y compromiso. Todos los miembros de su familia pudimos apreciar su lado estricto y severo, pero apreciamos también su lado afectivo y ejemplar de hombre trabajador y honesto. Disfrutamos con él su gusto por la música, por el buen vino, la buena comida y las buenas conversaciones. Nos dejó grandes ensañanzas sobre los valores de la vida y el valor de la familia; además, nos enseñó a enfrentar los retos y resolverlos.

Deja un gran legado como forjador de la ciencia y docente, como amigo, hermano, padre y abuelo. También deja un gran vacío que será tolerable por el recuerdo de todas las vivencias y anécdotas que deja entre nosotros.

Carolina Escobar Briones